Desde hace un tiempo ya que el japonés Hideyuki Sawada, de la Universidad
de Kagawa, está trabajando en este proyecto. Inicialmente
reproducía ciertos sonidos similares a los de la voz humana,
pero ahora ya se cree todo un artista del espectáculo y presentó
su primer hit:
la canción del juego infantil nipón “Kagome
Kagome” (escuchen ahí la original para evaluar ustedes
mismos).
Suena horrible, pero hay que ser justos en reconocer que habemos
algunos que cantamos peor. Al menos el trabajo de “cuerdas
vocales” y tracto vocal desarrollado por el está muy bien
logrado y capaz que si sigue ensayando quizás hasta logre sonar
en las radios y editar un disco.
Tiene una bomba de aire que simula los pulmones, cuerdas vocales
artificiales, tubo de resonancia, cavidad nasal y un micrófono
unido a un analizador de sonidos a través del cual se escucha a
sí mismo para pulir su mímica del habla humana en base a un
algoritmo de aprendizaje.
Pero esta boca no fue concebida para escenarios y fanáticas,
sino para una labor mucho más noble, como es la ayuda en el
entrenamiento de la voz para personas con discapacidad auditiva.