15/07/2011
A todos nos ha pasado alguna vez que, al momento de subirnos al metro o al microbús, nos topamos con los típicos hombres (o mujeres en algunos casos) que se les olvidó usar el desodorante. Y mientras tienen sus axilas al aire por andar sujetándose de la barra, andan esparciendo por todo el lugar ese insoportable olor.
Es por esto que hoy hablaremos sobre el desodorante-antitranspirante, y para entender mejor cómo funciona explicaré brevemente la razón por la cual se produce mal olor en la axila.
El olor corporal es principalmente generado en aquellos lugares en donde la concentración de glándulas sudoríparas es alta, como por ejemplo, la axila. Mientras la transpiración producida por estas glándulas son inodoras, ésta contiene aceites que permiten el crecimiento de bacterias, las cuales con el calor, la humedad y la oscuridad existentes en la axila, fermentan, produciendo un ácido llamado trans-3-metil-2-hexanoico, el cual es el causante del mal olor característico que tenemos los humanos, luego de varios días sin asearnos.
Hay que destacar que al momento de querer controlar nuestro olor corporal, tenemos el desodorante y el antitranspirante como opciones. La diferencia es que el primero tiene fines cosméticos, ya que en verdad lo único que hacen es camuflar el olor usando algún perfume, porque la cantidad de humedad y de bacterias será la misma al fin y al cabo. Por el otro lado los antitranspirantes tienen un efecto químico, sobre la axila, inhibiendo la actividad de las glándulas sudoríparas, por ende reduciendo la humedad y la producción de bacterias, evitando finalmente el mal olor.
Historia
Antes de que existiera el desodorante, la gente trató por siglos crear alguna manera para camuflar su olor corporal. Los egipcios fueron los más destacados en este aspecto al inicio de los tiempos, en donde la utilización de mezclas cítricas y canela fueron la clave para acabar con los olores rancios. Otros perfumes que se utilizaron fueron el incienso y el algarrobo.
Ya años más adelante, en la edad media, el tema del olor corporal no fue muy importante debido a que la higiene personal era casi solo para los más adinerados debido a los exclusivos perfumes, barriles de madera y agua caliente, que no estaban a la disposición para el resto del pueblo (el cual tenía que conformarse simplemente con refregarse con agua helada para limpiarse y nada más).
Todo cambió ya cuando en 1888 apareció el primer antitranspirante hecho de cloruro de zinc, el cual tenía por nombre Mum, y era más que nada una cera pastosa que se aplicaba bajo el brazo.
Luego en 1890, una nueva variedad de antitranspirantes hechas de cloruro de aluminio aparecieron, dando inicio a la variada producción tanto de cremas, talcos, roll-ons y pads, para combatir el mal olor.
En 1950, la aparición de productos en aerosol, dieron el puntapié para que aparecieran los primeros desodorantes en spray, los cuales tenían como principales componentes el circonio de aluminio, y el clorofluorocarbono (CFC). Estos nuevos desodorantes se volvieron tan populares que para los ‘70, representaban el 80% de las ventas de este tipo de productos. Sin embargo, en 1977, el gobierno estadounidense prohibió el uso del circonio de aluminio debido a los problemas que podría producir en la salud humana al ser inhalado. Además el uso del CFC también fue prohibido por los daños que podía producir en la capa de ozono. Esto produjo como consecuencia la disminución del uso de desodorantes en spray y, por otro lado, el incremento de productos roll-on y en barra, mientras se buscaban alternativas a los químicos prohibidos.
Hoy en la actualidad encontramos distintas presentaciones para el uso tanto de desodorantes como antitranspirantes, y depende de cada gusto personal el tipo de presentación que usemos para andar perfumaditos. Los principales ingredientes activos que se usan hoy en día para la fabricación de desodorantes y antitranspirantes, son el clorhidrato de aluminio, cloruro de aluminio, sulfato de aluminio y circonio de aluminio modificado (que no produce daño al inhalarse en bajas cantidades).
En lo personal, no tengo mucho olor corporal (debe ser algo genético o de raza, por ser asiático) por lo que uso muy pocas veces el desodorante. Pero casi siempre he usado en aerosol, aunque en verdad estoy pensando seriamente cambiarme al roll-on o al de barra, porque ahora en invierno (hemisferio sur) el spray da mucho frio aplicárselo.
¿De cuál tipo prefieren ustedes, y cuál les ha dado mejor resultado?
Fuentes:
http://www.fayerwayer.com