No es que planee viajar al espacio en el corto (ni largo) plazo ni tampoco que sea un alcohólico, pero nunca está de más saber que las mejoras para el bienestar de los astronautas en el espacio van de la mano con las bebidas alcohólicas.
Ya fueron las cervezas espaciales y ahora es el turno del vino. Pero no así como que sea la primera cepa producida en la Luna ni nada por el estilo, sino que un grupo de investigadores francesesdescubrieron que el vino puede contrarrestar los efectos negativos que produce la ingravidez.
El vino tinto posee resveratrol y antioxidantes como flavonoides que ya se sabe que tienen efectos muy positivos en el organismo y en particular en el corazón, pero este nuevo estudio demostró que el resveratrol previene la pérdida de densidad de los huesos y la artrofia muscular que suelen afectar a los astronautas y la gente que tiene un estilo de vida extremadamente sedentario.
La investigación -para variar- fue probada en ratones puestos en un medio ambiente que simula la ausencia de gravedad de los viajes espaciales. A un grupo le dieron dosis diarias de tecnología de resveratrol, mientras que a otro no le dieron ningún tratamiento especial.
A los integrantes de este último grupo desarrolló pérdida de densidad ósea y muscular, además de resistencia a la insulina, mientras que los tratados con el componente del vino tinto no sufrió efectos secundarios.
“El resveratrol puede no ser un sustituto del ejercicio, pero puede frenar el deterioro hasta que se pueda recuperar el movimiento”, sostuvo Gerald Weissmann, editor del diario de la Federación de las Sociedades Americanas de Biología Experimental (FASEB).
Tanto los astronautas como quienes no se mueven ni con un terremoto podrían tomar suplementos de resveratrol, pero mientras tanto pueden hacer como yo y prevenir con buenas dosis de tinto…
Fuente: www.fayerwayer.com