Hacer tus necesidades en la calle puede significar un paseo
gratuito a la comisaría más cercana por atentar contra la
moral y las buenas costumbres, pero ¿qué pasa cuando uno
hace sus necesidades en un urinario (con todas sus normas de
higiene) al aire libre?
El P-Tree es
justamente eso. Un urinario que se amarra a los árboles para
que no pierdas esa costumbre que aprendiste en algún momento
de tu infancia: orinar contra la base de un árbol, tal como
los perros. Fue ideado por Aandeboom,
un estudio de diseño holandés y no sólo es un receptáculo,
sino que va conectado a un estanque o alcantarillado y
también se tira la cadena. Todo legal.
Puede resultar un poco
chocante para los transeúntes ver a otros evacuando con tal nivel
de borrachera naturalidad
en las plazas. Es mejor que tener los propios árboles
mojados y hediondos, pero sólo hasta que el urinario deje de
funcionar y huela peor.
Aparentemente fueron ideados para conciertos al aire libre.
Suena lógico, pero sólo hasta que sus asistentes están tan
alcoholizados que es probable que acaben saltándoles encima…
Lástima que estén pensados sólo para hombres; las damas
tendrán que seguir escondiéndose entre los arbustos.