Al llegar a la palestra la noticia de que algunas niñas británicas, de un máximo de cinco años, sufrían anorexia, muchas personas pusieron en entredicho a los responsables de siempre: los medios y la industria de la moda.
Modelos extremadamente delgadas, personalidades públicas como Kate Middleton y muñecas como la Barbie, con cinturas estrechas y senos increíblemente grandes, también figuran en la lista de los culpables. Las revistas de moda llenas de fotos glamurosas de cuerpos espigados tampoco ayudan.
Sin embargo, de acuerdo con los especialistas en trastornos alimenticios, las Barbies y las modelos escuálidas podrían no tener toda la culpa. El tema es bastante más complejo.
Los doctores Michael P. Levine y Sarah K. Murnen, del Kenyon College, realizaron un análisis integral de diversas investigaciones científicas, que trataban de comprobar si las imágenes de las mujeres en los medios decomunicación causaban o no la anorexia. Ellos concluyeron que una relación de casualidad entre los medios de comunicación y los trastornos alimenticios es únicamente una teoría y que para comprobarla sería necesario realizar investigaciones más profundas. “Una metodología más sólida, combinada con teorías mejor articuladas y de suma importancia para aclarar si los medios de comunicación constituyen, de hecho, un riesgo casual en el espectro de los trastornos alimenticios”, afirman los investigadores en su estudio, publicado en la edición de enero de 2009 del Journal of Social and Clinical Psychology.
El resultado no fue una sorpresa para los investigadores del hospital londinense Great Ormond Street, uno de los hospitales más grandes delmundo. El Dr. Rachel Bryant-Waugh, jefe del Servicio de Trastornos Alimenticios del hospital, declaró a BBC News que gran parte de la cobertura reciente de la prensa que relaciona a los medios decomunicación con los trastornos alimenticios es errónea. La Dra. Rachel y La Dra. Bryant-Waug arrojaron un balde de agua fría sobre la creencia popular de que las imágenes de mujeres y de modelos muy delgadas conducen a la anorexia: “Modelos y otras influencias de la sociedad son, según nuestra experiencia, un factor que raramente contribuye al desarrollo de problemas con el peso y la alimentación entre los niños pequeños”.
El Dr. Walter Kaye, de la Universidad de California en San Diego, uno de los más destacados investigadores de este campo, está de acuerdo en que gran parte de la preocupación con las imágenes de los medios decomunicación y la delgadez de las modelos es inadecuada.
En un artículo de junio de 2008, publicado en la revista Scientific American Mind, Kaye escribió: “Hace mucho tiempo que la sociedad culpa a las familias y a los medios, pero los trastornos alimenticios son enfermedades biológicas y los tratamientos más adecuados únicamente llegarán con enfoques basados en aspectos biológicos.
La anorexia es una enfermedad mental que puede resultar mortal pero no es contagiosa y no puede ser “contraída” por observar las imágenes de las modelos. La idea de que una modelo o una página web puedan “conducir” a la anorexia no cuenta con el respaldo de las investigaciones científicas. Aunque es posible que los factores socio-culturales (amigos, familia, medios) tengan un cierto peso en el desarrollo de los trastornos alimenticios, las investigaciones demuestran que existen muchos otros factores que contribuyen al problema, que a su vez reciben menos atención y son menos investigados.
A pesar de ello, la hipótesis de que los medios son la causa directa de la anorexia causó un gran revuelo entre la opinión publica. El año pasado, cuando se estrenó la película Cisne Negro, algunos estaban convencidos de que los casos de anorexia aumentarían en los Estados Unidos por el mero hecho de que las jóvenes desearían estar tan delgadas como su protagonista, Natalie Portman. Sin embargo, no surgieron evidencias de que la película hubiera fomentado los trastornos alimenticios.
El hecho de no existir una relación entre los medios de comunicación y la anorexia o la bulimia es una buena noticia. Al final, si los especialistas están en lo cierto, podemos parar de preocuparnos por la delgadez de las modelos y de las muñecas, y nos concentraremos más en las causas reales de la enfermedad. Y las buenas noticias no se quedan únicamente ahí: las nuevas investigaciones revelan que la mayoría de las niñas se sienten bien con su cuerpo y no están pasando hambre para parecer escuálidas como las modelos y las celebridades.
Fuente: www.fayerwayer.com